lunes, 25 de julio de 2011

Editamos a Gelman y a Fogwill

Así como Stéphane Mallarmé (París, 1842-1898), el más poderoso e incomprensible de los simbolistas, pudo escribir: “El verso se halla en cualquier parte en que la lengua tenga ritmo, salvo en los carteles y en los anuncios publicitarios. En el género denominado prosa, también existen los versos (…) en verdad, es la prosa la que no existe. Cada vez que se produce un esfuerzo de estilo, existe versificación”, podemos decir que en el género poesía también existe un argumento como en la prosa, un relato o historia de la que el autor nos quiere convencer o a descubrir ( o una especie de chamuyo, según dicen algunos lectores críticos de la poesía de Gelman.)

En una clase del taller nos abocamos a la tarea de transformar prosas en poesía y poesías en prosa. Fue divertida, y además aprendimos que cualquier texto puede editarse. El escritor que no esté familiarizado con el arte crítico de la edición –es decir, con la autocorrección-, puede quedar demasiado expuesto al juicio de los profesionales de las letras y los diccionarios, o, en el mejor de los casos, correr el peligro de repetirse, y cual Narciso reahogarse en la propia imagen de la sopa diaria.

Repartimos novelas, cuentos y poesías en español (Esteban Echeverría, Andrés Rivera, García Lorca, Onetti, Gelman, Fogwill) a todos, y editamos a los grandes. Desde luego, en la prosa había que quitar, y en la poesía, agregar.

Nico trabajó con Lorca, Rodrigo –estudiante de Historia- con El matadero de Echeverría, Germán con Gelman, etc. Mientras que un coordinador, trajo de ejemplo los primeros párrafos del cuento Muchacha punk de Fogwill vueltos poesía –fácil, dijo, es cuento con un inicio bien poético:


Edición 1

En diciembre de 1978 hice el amor.
Decir “hice el amor” es un decir;
aquello que ella y yo hicimos,
lo que hicimos ella y yo,
no era el amor, ni un amor,
era y sólo era.
Primera decepción: soy varón.

Edición 2

Diciembre de 1978.
Una muchacha punk.
Hábitat de los sueños,
la horizontal,
la oscuridad del cuarto.
Eso.

Muchacha punk, completo:

Y el trabajo de Germán sobre el poema Madres, de Juan Gelman:


Joaquín el arlequín

A Joaquín se le cayeron los ojos al suelo cuando vio a la reputa muerte pasando su navaja por el afilador. Cautivo en el golfo de Samborombón como una hostia ahogada en el cáliz del vino dominical.
Vio mujeres calentadas, o brujas, mujeres de nalgas que hervían y encendían fuegos en la siesta, para quemar a sus verdugos, los vírgenes como Joaquín. Oh, grandes brujas al revés.
Las vio agarrar a la desolación y darle forma de navaja o vio a su madre su primer amor. Ella nunca querría lo que las brujas.
Vio que lloraban mucho por los desvirgados antes de tiempo, los chicos de 14 años que entraban en la pubertad y los vírgenes de la tercera edad.
Pensó en Santa Fé, en rezarle a Dios, oh ángeles como empleados aquellos querubes envenenadores bastante mente envenenados.
Eso veía Joaquín, los ojos en la tierra como huevos entonces. Pensó en escurrirse como la vida que le dio su madre, hacia la muerte antes que al pecado. Esa reputa de la muerte, adelantando como siempre en la tarea de apagar, aceptó el trato.

Germán Plá


MADRES (fragmentos utilizados)

cuando a joaquín se le cayeron
los ojos al suelo vio:
a la reputa de la muerte
pasando suave sus navajas
adelantando como siempre
en la tarea de apagar
vio el golfo de Samborombón como un copón lleno de
vino y vio mujeres calentadas por la muerte a modo de
sol mujeres de nalgas que hervían y encendían fuegos
en la siesta para quemar a sus verdugos oh grandes
brujas al revés

vio más situaciones extrañas:
querubes envenenadores
bastantemente envenenados
o chicos que se ahorcan en los
garajes de fin de semana
mientras temblaban de placer
los juntadores de estadísticas
para demostrar la maldad
de la sociedad de consumo

eso veía joaquín cuando
los ojos se le fueron a
tierra como huevos entonces
los empolló por otra vez
y de uno le salió una madre
revoloteando de testigo
mientras del otro se asomaba
con suaves navajas la muerte

Juan Gelman, Anunciaciones y otras fábulas

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