viernes, 10 de mayo de 2013

Vecindad

Porque el poeta no es solemne, es cualquiera vestido por adentro de poeta.
Porque “Poesía, eres tú” sin Becquer, sin vos, pero no sin nosotros.
Porque la Gramática y la Lengua no existen solas, son habladas por vecinos.
Porque los vecinos escriben la poesía, detrás de las paredes, la escuchamos, en la calle, la recogemos.
Porque vecindad es el sustantivo singular de vecinos, diferente al de “ciudad” que no expresa las partes del conjunto, mera unidad racional
(lo terminado en dad suele ser platónico, pero la vecindad nos involucra como todo en cercanía).
Por eso, de una vez y para siempre definimos que el ser metafísico de Cañuelas es: cercanía, vecindad.
La piel que nos separa, el próximo (prójimo).
Literatura de vecinos no es élite ni popular, sino colectiva (la mayoría escribe escondido).
Borges: “los dos temas de la poesía argentina son la pampa y el arrabal”.
Nosotros: la poesía es su vecindad con todos los temas.
Vecindad, caminando al azar:
Por las vecinas.
Por las vecinas que también nombramos cuando decimos “vecinos”.
Por la vecindad del Chavo.
Porque Don Ramón no paga la renta y el Señor Barriga es en realidad Ñoño.
Porque en la vecindad el Profesor vive enamorado.
Porque el ignorante del barril es el dueño de la vecindad.
No se puede escribir desde ninguna ideología, la ideología es un pegamento raro, como los otros; la poesía son los fragmentos estallados antes de unirse, o unidos en extrañeza (vecindad).
La poesía es ser (sed) antes de ser (sed), las posibilidades de la imposibilidad.
Una biblioteca meada desde arriba,
los libros una construcción, una pared, pueblos sobre pueblos (conurbanización).
Sin más: Poesía, Literatura, Arte, Pueblo, Biblioteca, todos sinónimos.
Literatura de vecinos:
Doña Rosa: ¿alguna novedad?
Carlos Vega: “aunque paso altivo, soberbio y poeta, la gente del barrio me mira con lástima”.
Etchebehere: “nadie me dijo que yo era en ti la continuidad de un bosque”.
De Mendonça: “una vecindad entera cierra sus ventanas, la tormenta quiere tocarles el corazón, piensan que es un amargo bicho”.

Germán Cappio
Nicolás Cornador
Ramiro De Mendonça
Juan Manuel Rizzi